Is Vaping Really Safer Than Smoking? 

Is Vaping Really Safer Than Smoking? 

Vaping and e-cigarettes were introduced in the early 2000s as a safer alternative to smoking traditional cigarettes. But as more research emerges, it’s clear that vaping carries its own serious health risks – especially for young people. While it may seem harmless, vaping is far from it.   

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“Vaping devices deliver harmful chemicals to the body, including nicotine, heavy metals, and substances that can damage the lungs, cardiovascular system, and brain,” says David Shersher, MD, FACS, Head, Division of Thoracic Surgery at Cooper University Health Care and MD Anderson Cancer Center at Cooper. “We’re especially concerned about the impact on teens and young adults, whose brains are still developing.”  

How Vaping Works

Vaping devices – also known as e-cigarettes, vape pens, or cartridges – contain a liquid solution often called e-liquid or vape juice. This liquid typically includes:  

  • Nicotine.  
  • Artificial flavorings and scents.  
  • Propylene glycol and glycerin.  
  • Other harmful chemicals.  

A battery inside the device heats this liquid to create an aerosol (not just “water vapor”) that the person vaping inhales into their lungs. An aerosol is a suspension of tiny solid or liquid particles in air or gas.  

The person vaping then exhales that vapor into the air – in a toxic, sweet-smelling cloud that others may inhale (second-hand exposure).  

Why Vaping Is So Dangerous

Despite being marketed as safer than cigarettes, vaping exposes users to highly addictive nicotine and chemicals linked to:  

  • Lung inflammation and scarring.  
  • Gum disease and oral damage.  
  • Asthma and breathing problems.  
  • Heart disease.  
  • Mental health effects.  
  • Cancer risk.  

Vaping is especially harmful to young people (under the age of 25), whose brains are still developing. Studies from the National Institutes of Health show that vaping can impair brain growth, increase the risk of future addiction, and contribute to anxiety and depression. 

But it’s not just young people who are at risk. Adults – especially those with existing health conditions – can also experience serious health consequences from vaping.  

“Adults may think vaping is a safer alternative, but it still exposes the lungs and cardiovascular system to harmful chemicals,” says Dr. Shersher. “For someone with chronic conditions like heart disease, high blood pressure, or COPD, vaping can worsen symptoms and complicate treatment.”   

Secondhand Exposure Is Real

Many people assume vaping only harms the person using the device, but that’s not true. The exhaled aerosol released into the air also contains nicotine, heavy metals, and cancer-causing substances – posing risks to everyone nearby. These particles can linger in the air and be inhaled by others, especially in enclosed or poorly ventilated spaces.  

Those at greatest risk from secondhand vape exposure include:  

  • Infants and young children.  
  • Pregnant people.  
  • Individuals with asthma, COPD, or other respiratory conditions.  

“Just because it smells like bubble gum doesn’t mean it’s safe,” says Dr. Shersher. “Secondhand vape exposure can be just as harmful as secondhand cigarette smoke.”  

The Bottom Line: Vaping Isn’t Harmless

Vaping may look like the modern alternative to smoking, but the health risks are real and growing. Whether it’s heart damage, anxiety, or increased cancer risk, vaping’s detrimental effects illustrate that there’s no such thing as a safe way to inhale chemicals into your lungs.  

“Vaping may contain fewer cancer-causing substances than traditional cigarettes, but it still exposes users to formaldehyde, acetaldehyde, and other known carcinogens,” Dr. Shersher says. “Over time, repeated exposure to these chemicals can increase the risk of developing cancers of the lung, mouth, throat, and esophagus. The long-term cancer risks of vaping are still being studied, but the early findings are concerning.” 

If you or someone you love is vaping (or smoking), talk to your doctor about safe and effective ways to quit. There are resources available – including behavioral support and nicotine replacement therapies – that can help.  

For more information or to schedule an appointment with a Cooper primary care provider, call 800.8.COOPER (800.826.6737) or use our online appointment request form.   


 

¿Es realmente más seguro vapear que fumar?

El vapeo y los cigarrillos electrónicos se introdujeron a principios de la década del 2000 como una alternativa más segura a los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, a medida que surgen más investigaciones, queda claro que el vapeo conlleva graves riesgos para la salud, especialmente para los jóvenes. Aunque parezca inofensivo, vapear no lo es en absoluto.

“Los dispositivos de vapeo liberan sustancias químicas nocivas al cuerpo, como nicotina, metales pesados y sustancias que pueden dañar los pulmones, el sistema cardiovascular y el cerebro”, afirma David Shersher, MD, FACS, jefe de la División de Cirugía Torácica de Cooper University Health Care y del MD Anderson Cancer Center at Cooper. “Nos preocupa especialmente el impacto en adolescentes y adultos jóvenes, cuyos cerebros aún están en desarrollo”.

Cómo funciona el vapeo

Los dispositivos de vapeo, también conocidos como cigarrillos electrónicos, plumas vaporizadoras o cartuchos, contienen una solución líquida, a menudo llamada e-líquido o líquido para vapear. Este líquido suele contener:

  • Nicotina.
  • Saborizantes y aromas artificiales.
  • Propilenglicol y glicerina.
  • Otras sustancias químicas nocivas.

Una batería dentro del dispositivo calienta este líquido para crear un aerosol (no solo “vapor de agua”) que la persona que vapea inhala. Un aerosol es una suspensión de diminutas partículas sólidas o líquidas en el aire o en un gas.

La persona que vapea exhala ese vapor al aire, en una nube tóxica de olor dulce que otros pueden inhalar (exposición pasiva).

Por qué vapear es tan peligroso

A pesar de que se promociona como más seguro que los cigarrillos, vapear expone a los usuarios a nicotina y sustancias químicas altamente adictivas relacionadas con:

  • Inflamación y cicatrización pulmonar.
  • Enfermedades periodontales y daño bucal.
  • Asma y problemas respiratorios.
  • Enfermedades cardíacas.
  • Efectos en la salud mental.
  • Riesgo de cáncer.

Vapear es especialmente perjudicial para los jóvenes (menores de 25 años), cuyo cerebro aún se está desarrollando. Estudios de los Institutos Nacionales de la Salud demuestran que vapear puede perjudicar el crecimiento cerebral, aumentar el riesgo de adicción en el futuro y contribuir a la ansiedad y la depresión.

Pero no solo los jóvenes están en riesgo. Los adultos, especialmente aquellos con afecciones preexistentes, también pueden experimentar graves consecuencias para la salud a causa del vapeo.

“Los adultos pueden pensar que vapear es una alternativa más segura, pero aun así expone los pulmones y el sistema cardiovascular a sustancias químicas nocivas”, afirma el Dr. Shersher. “Para alguien con enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, presión arterial alta o EPOC, vapear puede empeorar los síntomas y complicar el tratamiento”.

La exposición pasiva al vapeo es real

Mucha gente asume que vapear solo daña a quien lo usa, pero no es cierto. El aerosol exhalado que se libera al aire también contiene nicotina, metales pesados y sustancias cancerígenas, lo que representa un riesgo para todas las personas cercanas. Estas partículas pueden permanecer en el aire y ser inhaladas por otros, especialmente en espacios cerrados o mal ventilados.

Las personas con mayor riesgo de exposición pasiva al vapeo incluyen:

  • Bebés y niños pequeños.
  • Embarazadas.
  • Personas con asma, EPOC u otras afecciones respiratorias.

“Que huela a chicle no significa que sea seguro”, afirma el Dr. Shersher. “La exposición pasiva al vapeo puede ser tan dañina como el humo de cigarrillo”.

En resumen: Vapear no es inocuo

Vapear puede parecer la alternativa moderna al tabaco, pero los riesgos para la salud son reales y van en aumento. Ya sea daño cardíaco, ansiedad o mayor riesgo de cáncer, los efectos perjudiciales del vapeo demuestran que no existe una forma segura de inhalar sustancias químicas a los pulmones.

“Vapear puede contener menos sustancias cancerígenas que los cigarrillos tradicionales, pero aun así expone a los usuarios a formaldehído, acetaldehído y otros carcinógenos conocidos”, afirma el Dr. Shersher. “Con el tiempo, la exposición repetida a estas sustancias químicas puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, boca, garganta y esófago. Los riesgos de cáncer a largo plazo del vapeo aún se están estudiando, pero los primeros hallazgos son preocupantes”.

Si usted o un ser querido vapea (o fuma), consulte con su médico sobre maneras seguras y efectivas de dejar de fumar. Hay recursos disponibles, como apoyo conductual y terapias de reemplazo de nicotina, que pueden ayudar.

Para obtener más información o programar una cita con un proveedor de atención primaria de Cooper, llame al 800.8.COOPER (800.826.6737) o utilice nuestro formulario de solicitud de cita en línea.

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