A transient ischemic attack (TIA), often referred to as a “mini stroke,” is a temporary blockage of blood flow to the brain. Even though symptoms disappear quickly and leave no permanent damage, a TIA is a serious warning sign that a stroke could happen soon.
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Each year, about 240,000 people in the U.S. experience a TIA. Nearly one in five of them will have a stroke within three months—often within just 48 hours. With advanced brain scans, two in five people who thought they had a TIA will find out it was actually a stroke.
The Difference Between a TIA and a Stroke
The key difference between a TIA and a stroke is how long the brain is deprived of blood. A stroke causes a prolonged loss of blood flow, which leads to brain cell death and often results in lasting disability. A TIA is brief and doesn’t cause permanent injury—but it’s a red flag that future strokes are more likely.
“Besides a higher risk of a stroke following a TIA, we know that TIAs can reoccur, especially if the root cause is not addressed,” says Jesse M. Thon, MD, a vascular neurologist and neurohospitalist at Cooper and Inspira Neuroscience. “Recurring TIAs signal ongoing vascular issues that require immediate medical management. That is why those who suffer a TIA should seek immediate medical attention.”
Who Is Most at Risk for a TIA?
Anyone can have a TIA, but it’s more common in people over 55. Other risk factors include:
- High blood pressure.
- Diabetes.
- Heart disease.
- Smoking.
- Sedentary lifestyle (lack of regular physical activity).
- Obesity.
- A family history of stroke or TIA.
Women should also be aware that their risk may increase during pregnancy or while using certain types of birth control.
Recognizing TIA Symptoms
Unlike a stroke, a TIA resolves on its own. Symptoms usually last fewer than 24 hours —often just a few minutes. However, the short duration of a TIA does not mean that it is harmless. Common TIA symptoms include:
- Sudden weakness or numbness, especially on one side of the body.
- Difficulty speaking or slurred speech.
- Temporary loss of vision in one or both eyes.
- Dizziness, unsteadiness, or loss of balance.
- Confusion or trouble understanding others.
Just because symptoms resolve on their own within minutes or hours, you should never ignore them.
Remember BE FAST. This remains a vital guide for recognizing stroke and TIA symptoms and action needed:
- Balance problems.
- Eye changes (vision loss).
- Face drooping.
- Arm weakness.
- Speech difficulty.
- Time to call 911.
Diagnosis
If you experience symptoms of a TIA, your doctor will likely order tests such as a brain scan, heart tests, and blood work to find the cause and prevent future strokes. Imaging like a CT scan or MRI can help rule out a stroke, while heart and blood tests check for risk factors like clots or high cholesterol.
“Neurologic and physical testing help us find the cause of a TIA and start the right treatment to lower the risk of a major stroke,” Dr. Thon says.
Treatment and Prevention
Once a TIA is diagnosed, the focus shifts to preventing future TIAs or a stroke. The treatment plan often includes:
- Medications to prevent blood clots and manage blood pressure, cholesterol, or diabetes.
- Lifestyle changes like quitting smoking, eating healthy, and staying active.
- Surgery or procedures if arteries are severely narrowed.
“After a TIA, it’s important to find the cause so we can lower the risk of a future stroke,” Dr. Thon says. “Our Cooper and Inspira Neuroscience team works closely with each patient to create a treatment plan that fits their lifestyle – Including healthy habits, medications, and ongoing support to keep them protected.”
TIA Is a Red Flag
Think of a TIA as an alarm bell you cannot afford to ignore. Recognizing the causes of TIA, understanding common TIA symptoms, and receiving the right diagnosis and treatment can prevent a more severe and potentially life-changing stroke in the future.
If you or someone you care about has had a TIA, or has risk factors, don’t wait. Talk to a Cooper and Inspira Neuroscience expert to reduce your risk of stroke. Call 855.30.NEURO (855.306.3876) or click here for more information about our comprehensive stroke program.
Mini accidente cerebrovascular: ¿está usted en riesgo?
Un accidente isquémico transitorio (TIA), a menudo llamado “miniaccidente cerebrovascular”, es una obstrucción temporal del flujo sanguíneo al cerebro. Aunque los síntomas desaparecen rápidamente y no dejan daños permanentes, un AIT es una señal de alerta importante de que un accidente cerebrovascular podría ocurrir pronto.
Cada año, alrededor de 240,000 personas en U.S. experimentan un TIA. Casi una de cada cinco personas sufrirá un accidente cerebrovascular en un plazo de tres meses, a menudo en tan solo 48 horas. Con escáneres cerebrales avanzados, dos de cada cinco personas que creían haber tenido un TIA descubrirán que en realidad fue un accidente cerebrovascular.
La diferencia entre un TIA y un ictus
La diferencia clave entre un TIA y un ictus radica en el tiempo que el cerebro permanece privado de sangre. Un ictus causa una pérdida prolongada del flujo sanguíneo, lo que provoca la muerte de las células cerebrales y, a menudo, una discapacidad permanente. Un TIA es breve y no causa lesiones permanentes, pero es una señal de alerta de que es más probable que se produzcan ictus en el futuro.
“Además de un mayor riesgo de ictus tras un TIA, sabemos que los TIA pueden reaparecer, especialmente si no se aborda la causa raíz”, afirma el Jesse M. Thon, MD, neurólogo vascular y neurohospitalista de Cooper and Inspira Neuroscience. “Los TIA recurrentes indican problemas vasculares persistentes que requieren tratamiento médico inmediato. Por eso, quienes sufren un TIA deben buscar atención médica inmediata”.
¿Quiénes tienen mayor riesgo de sufrir un TIA?
Cualquier persona puede sufrir un TIA, pero es más común en personas mayores de 55 años. Otros factores de riesgo incluyen:
- Hipertensión arterial.
- Diabetes.
- Enfermedades cardíacas.
- Tabaquismo.
- Estilo de vida sedentario (falta de actividad física regular).
- Obesidad.
- Antecedentes familiares de accidente cerebrovascular o TIA.
Las mujeres también deben tener en cuenta que su riesgo puede aumentar durante el embarazo o al usar ciertos métodos anticonceptivos.
Reconociendo los síntomas de un TIA
A diferencia de un accidente cerebrovascular, un TIA se resuelve por sí solo. Los síntomas suelen durar menos de 24 horas, a menudo solo unos minutos. Sin embargo, la corta duración de un TIA no significa que sea inofensivo. Los síntomas comunes de un TIA incluyen:
- Debilidad o entumecimiento repentinos, especialmente en un lado del cuerpo.
- Dificultad para hablar o dificultad para hablar.
- Pérdida temporal de la visión en uno o ambos ojos.
- Mareos, inestabilidad o pérdida del equilibrio.
- Confusión o dificultad para comprender a los demás.
El hecho de que los síntomas se resuelvan por sí solos en cuestión de minutos u horas no significa que deba ignorarlos.
Recuerde: ¡SEA RÁPIDO! Esta guía es fundamental para reconocer los síntomas de un accidente cerebrovascular y un AIT y las medidas necesarias:
- Problemas de equilibrio.
- Cambios oculares (pérdida de visión).
- Caída del rostro.
- Debilidad en los brazos.
- Dificultad para hablar.
- Es hora de llamar al 911.
Diagnóstico
Si experimenta síntomas de un TIA, su médico probablemente le solicitará pruebas como una tomografía cerebral, análisis cardíacos y análisis de sangre para determinar la causa y prevenir futuros accidentes cerebrovasculares. Las pruebas de imagen, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética, pueden ayudar a descartar un accidente cerebrovascular, mientras que los análisis cardíacos y de sangre detectan factores de riesgo como coágulos o colesterol alto.
“Las pruebas neurológicas y físicas nos ayudan a determinar la causa de un TIA e iniciar el tratamiento adecuado para reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular grave”, afirma el Dr. Thon.
Tratamiento y prevención
Una vez diagnosticado un TIA, el enfoque se centra en la prevención de futuros TIA o accidentes cerebrovasculares. El plan de tratamiento suele incluir:
Medicamentos para prevenir coágulos sanguíneos y controlar la presión arterial, el colesterol o la diabetes.
Cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, comer sano y mantenerse activo.
Cirugía o procedimientos si las arterias están gravemente estrechas.
“Después de un TIA, es importante encontrar la causa para poder reducir el riesgo de un futuro accidente cerebrovascular”, afirma el Dr. Thon. “Nuestro equipo de Neurociencia Cooper e Inspira trabaja estrechamente con cada paciente para crear un plan de tratamiento que se adapte a su estilo de vida, incluyendo hábitos saludables, medicamentos y apoyo continuo para mantenerlos protegidos”.
El TIA es una señal de alerta
Considere un TIA como una señal de alarma que no puede ignorar. Reconocer las causas del TIA, comprender sus síntomas comunes y recibir el diagnóstico y el tratamiento adecuados puede prevenir un ictus más grave y potencialmente mortal en el futuro.
Si usted o un ser querido ha sufrido un TIA o presenta factores de riesgo, no espere. Hable con un experto en Cooper and Inspira Neuroscience para reducir el riesgo de sufrir un ictus. Llame al 855.30.NEURO (855.306.3876) o haga clic aquí para obtener más información sobre nuestro programa integral para ictus.